5.29.2005

je t'aime



I can't help doing that.




5.23.2005

frío

y hace frío.
hace frío afuera pero adentro también hace frío,
otro frío.
y sé que este frío no se va a ir con ningún tipo de abrigo ni llama;
no es que esté abierta una ventana sino que hay cierto agujero que quise tapar con un sillón o una frazada vieja de sueños entretejidos. Y si bien con esto logré disimular el agujero, no pude impedir la entrada del viento.

y ese viento trae frío...
fantasmas, ecos y frío.




Y otro poco de rayuela:

"Oh mi amor, te extraño, me dolés en la piel, en la garganta, cada vez que respiro es como si el vacío me entrara en el pecho donde ya no estás."


5.18.2005

intrascendencia (o mi texto del árbol)

Caminando. Callao, 6 PM con algunos minutos, algunos segundos, algunos autos, algunas muchas personas caminando igual que yo pero no iguales a mí (claro que no, aunque un poco sí). Tarde a canto, como siempre.
Pensando. Pensando y escribiendo para no olvidarme lo que pienso, para no pensar después en todo lo que habré olvidado.
Pienso que mi pensamiento fue desencadenado por una breve sucesión de imagenes-- no, no fueron puntualmente imágenes. Sucesión de no-sucesos (valgan la redundancia y la irracionalidad). De cosas, claro. De cosas que me llevan irrefrenablemente a personas, a lugares, a momentos. Un poco eso de sentir la fatal intrascendencia, la innegable e invencible incapacidad para trascender, para que el poquito de sí que uno deja (y lo deja, sí, sí que lo deja) sea aceptado, sea recibido, sea utilizado y quizás hasta correspondido y entonces uno reciba también un poquito del otro.
Claro que abrazada a algún otro (ah pero no hay otherness sino apenas una agradable togetherness dice Cortázar) no pienso (pero sí, sí que pensás, sólo que nunca le das la importancia que le das caminando sola ahora ya por Corrientes) si voy a trascender, si voy a marcar,
si podré significar, cambiar en algo la vida del otro (oh pequeña y humilde pretención). En esas situaciones casi que me limito a ser, casi me limito a un aliento y a un latir. No pienso en [acá cortázar] que estoy queriedno como los árboles que se acarician con las ramas, estando sus troncos inconciliablemente paralelos.
Pero por más que yo no sea árbol, el árbol va a ser árbol y las hojas que acaricio, que miro, que cuido; las hojas a las que doy cada segundo y cada palabra se van a caer en otoño, se las va a llevar el viento o van a quedar en el piso hasta que un señor malhumorado las barra o un nene las junte para pegarlas en el cuaderno del jardín de infantes, en una hoja que diga "¡Bienvenido Otoño!" con letra de maestra que ya escribió cuarenta cartelitos así porque los pequeños no saben escribir.

Las hojas se van a caer como todos los otoños, y el árbol ahí, tan árbol, con tan poco de mí, con tan poco de mis sueños, del sabor de mis lágrimas o el sonido de mi risa, con sus hojas nuevas y relucientes en una primavera que va a ser triste, claro que va a ser triste porque voy a saber que el árbol ya no tiene nada más de mí, pequeña árbol o mariposa o pájaro o maga sin alas que se para y mira al árbol tan ahí, tan alto, tan verde, tan árbol...





~[Escribí las ideas en mi cuaderno meintras caminaba. Lo terminé de escribir recién. Supongo que toda esa reflexión surgió no sólo de las imágenes sino del cap mencionado de Rayuela, y de muchas horas sin habalr con alguein que se me está volviendo un vicio >_<]

5.12.2005

@química - miércoles.11.05 -

Papelito entre Mai y yo:

Mai: a lo mejor tener sed enloquece al desierto, será la locura que nos hace ... ¿bailar?

Bel: a mi me da miedo que, por mucho que llueva, el desierto siempre va a ser desierto, e inevitablemente vas a volver a tener sed...

y... sí.


Que nadie me diga que no tengo imaginación.
A ver quién tiene más respuestas para todo. :)
(y sí, che, no sabía como seguía la canción, no tengo cultura de cerati yo, pero algo tenía que responder)

te quiero maiofeliz.

5.09.2005

nonono

Y yo no quiero escribir(te), yo no quiero escribirle a esos ojos que son tan y que no me miran más, y no es que yo quiera que me miren así como me miraban pero no estaría mal una pequeña sonrisa de compromiso y un qué tal, una señal de un poco de respeto hacia mi pequeñez al menos por el simple hechop de ser (y soy!) una persona, un cómo estás belén que me haga pensar que no desperdicié tantas horas de mi vida queriéndote, y no es que eso me fuera a alcanzar ni me parece que todo lo que (sufrí? -palabra melodramática pero no demasiado alejada), que todo lo que fui con vos vaya a valer la pena sólo si me dedicás un intento de sonrisa pero al menos sentiría que fui algo, que ya no soy por supuesto que no pero que fui; porque entonces, aunque no sea bello ni natural ni verdadero, esa sonrisa de compromiso puede traducirse en un poco de lejano interés porque al menos no te odie. Pero no, no, no, no queda nada, no queda nada para vos, tantas lágrimas y tantas palabras y tantos sueños que me gasté en vos para que te olvides, para que te canses, como todos, como todo; ¿cómo podés ni notar que existo? Si yo nunca te hice nada malo, el único error que cometí con vos fue haberte querido... quererte? seguir queriéndote...

qué estupidez.




Demasiados muros y muy pocos puentes~

5.03.2005

Tal vez mi problema para aprender a volar sea saber que extrañaría demasiado la tierra.

02.05.05

Es que a veces soy un poco menos tuya, un poco menos mía, un poco menos yo;
a veces me voy un poco alto, no sé si tengo alas, si sólo sueño muy fuerte o si me caigo al revez (hasta eso hago mal)
y no, entonces yo tampoco sé como bajarme, ¿te preguntarás vos cómo hacerme bajar?
Quizás no entiedas de dónde salen mis miedos -de dónde salen tantos-o qué cosas me duelen así; pasa que, ¿sabés? esas cosas a veces estan tan adentro que no sé, yo no sé como se sacan, como se van... no creo que sepas de qué te hablo, tenés esa tan admirable capacidad para resolver tus sentimientos como teoremas...
Yo no, yo sólo puedo quedarme acá entretejiendo palabras -¿perras negras?- que me duelen un poco como besos sin anestesia, palabras que tienen el mismo gusto amargo de todas esas verdades sin azúcar --- y a mí me gustan mucho las cosas dulces!
Y es que a veces no hago otra cosa que ver fantasmas, o imaginarlos para que llenen ciertos agujeros. El problema es que soy tan nena, que todavía me dan miedo los fantasmas -hasta los inventados-.


Escrito ayer en mi rato de mucha tristeza, no tomar demasiado literal porque no lo es.