6.29.2005

miércoles

El vacío de mi interior se llena con el contenido del exterior, poco a poco se va llenando de este miércoles algo de junio, de estas nubes grises y de alguna melodía en escala de la, de estas letras 'e' y 'o' que giran lentamente por todas partes chocando contra las paredes y produciendo sonidos sordos, de ese aroma a cielo que quiere llorar pero no puede y ese viento frío de las nueve de la mañana en la puerta de el bar El Nacional, viento que sólo anticipa otro viento que a las diez de la mañana se cuela por una puerta abierta antes de que se cierre y llega hasta una mesa del mismo bar repleta de mapas y guías y textos y sueño y angustia, sobre todo angustia, opresión en el vacípecho que se va llenando también con los colores gastados que (des)tiñen a la ciudad cuando el sol no tiene ganas de enfrentar al tiempo y decide esconderse, con el eco de las palabras frías y la sombra de las miradas perdidas y la ausencia que ocupa tanto espacio y la sensación de tener todas las de ganar porque ya no se tiene nada que perder...
y con todo eso reemplazando al vacío inicial parece tan razonable llorar un poco, llorar porque la melodía seguramente la tocaban violines y las vocales graves formaban palabras de despedida y entre los colores no había ningún violeta y contra el viento helado no había ningún abrigo eficiente porque era un viento que salía de mí misma; es lógico llorar porque yo puedo vivir sin vos, claro que puedo, y hasta algún día no tan diferente a hoy voy a poder ser feliz sin vos, pero ese día no va a ser hoy que la soledad baila borracha acá al lado y alguna exagerada agonía de cartón corrugado no me deja cantar; hoy es inevitable estar un poco triste porque sé que estás en algún lado allá afuera, viviendo el mismo día que yo pero irremediablemente curado del inexistente vacío que no te dejó mi ausencia.


(la limé, después lo arreglo)(a estudiar)(dios mío, que falta al pedo!!)(es todo tu culpa paula.)

gente: son lo más hermoso que tengo, gracias por soportarme en las pequeñas y las grandes cosas, porque yo sé que muchos leen esto aunque nadie me firme, y los quiero, de verdad.

[NOTA: las palabras en cursiva tienen notita (de esas que dejás el mopuse y aparecen) porque no me aparecen subrayadas, no sé qué onda o_O) (me encantan, son re bonitas n_n)]

6.27.2005

bel es, entre otras cosas...


...definición de pereza en el diccionario que siempre dice Manu que va a hacer.
(el cual incluiría cosas tales como 'belleza: f, Paula' o 'linda: adj., parecida a Mai' -y los mejores quedarían para ella misma, supongo-)
(Explicación de esto: quería ver el chiche nuevo del blog que deja subir foticos)

Lean el post anterior si tienen ganas de leer algo, sino pueden igualmente reirse de mi escrache ahora público (creo que by Manu, no estoy segura.. alguna muchacha de esas) o bien pueden si les hace felices, apreciar mi bellísimo sweater.

6.26.2005

..y basta.

Los sueños, mientras lo sean, van a ser fuertes, irrompibles, inmunes por su lejanía y su condición de sueños.
Pero cuando se cumplen, cuadno se hacen corpóreos y se vuelven reales, pasan a ser tan frágiles... nadie puede arrebatarnos un sueño, pero cuando se vuelven ciertos aparecen los fantasmas (y después se supone que yo no tengo que creer en ellos, que tengo que fingir no verlos), aparecen los fantasmas y se lo llevan lejos, alto, lo hacen pedacitos y nos dejan con los recuerdos y ese vacío en el cual ya no se puede soñar.
Porque sí, después de que llegan los fantasmas dejan toda la tierra seca y los árboles muertos y los cielos grises y todo tan triste y tan árido y tan frío, y una maga ahí parada sola sin abrigo y sin abrazos, de seguro que no puede volver a soñar.
Tiene que caminar hasta que sale, y salir cuesta tanto, duele tanto.
Y todo deja el sabor amarguísimo de un deja vu insoportable que no se va a terminar nunca, y la vaga esperanza de que tal vez sea una espiral violeta y algún día se llegue al final y que tal vez ese día no esté tan lejos, o que alguien se aburra de jugar y vuelque el tablero y entonces el peón pueda ser reina sin tener que caminar más, y es esa estúpida esperanza de que algún sol no tan lejano va a traer un giro repentino de las cosas y, de una vez por todas, va a haber primaveras.



y acá


Perdón por escribir tan pésimamente hoy, pero sólo quería expresar esta idea.. otro día será bonito y estético, el mundo. Hoy, no.

6.24.2005

La peor parte es saber que estás mejor sin mí.




(ay, amor, me duele tanto..)

6.14.2005

Entre ese humo y esa gente

“Me daba asco pensar así, una vez más estaba pensando lo que a los otros les bastaba sentir”. Así es como se ve a sí mismo Marcelo Hardoy, un abogado porteño de la década del ’40, narrador de este cuento. Desde su escéptico y calculador punto de vista vamos conociendo a Celina y Mauro, una pareja de clase baja residente en palermo: él puestero del Abasto, ella bailarina de cabaret rescatada por Mauro de aquella prisión de mugre y promiscuidad y clientes con alientos pesados contra su cara; rescatada de una prisión en la que verdaderamente era libre para ser llevada a unos años de cocina y mate dulce en el patio, cambio que acepta quizá por amor, quizá para no tener que lidiar más con los clientes, quizá un poco por cada cosa.

Es con la muerte de Celina que comienza la historia, personaje fuera de lo común a quien vamos conociendo oblicuamente sobre la base de recuerdos y análisis y fichas nunca escritas pero existentes en la mente del abogado. Cortázar nos deja llegar poco a poco los detalles su persona, deslizándolos de manera tangencial, como si nunca fuera lo importante, como si nunca fuera Celina.

En “Las puertas del cielo”, cuento que forma parte de Bestiario (1952), Cortazar nos deja entrever una manera diferente de entender la muerte y, por lo tanto, la vida misma: el autor de Rayuela nos presenta a la muerte como una liberación, no ya de una vida tortuosa y horrible, sino de una vida tranquila y casi bella pero ajena, una vida de la que Celina solía escaparse por el lado de los caprichos y los bailes, una vida que Celina había aceptado tal vez sabiendo que estaba aceptando un purgatorio, un paso intermedio por medio del cual sólo al morir encontraría las puertas del cielo.

Celina es sólo uno de los pilares sobre los que se construye un cuento que puede ser con justicia calificado de perfecto, al igual que otros cuentos incluidos en este libro. La excelencia del primer libro de cuentos publicado por Julio Cortázar puede comprobarse con un hecho muy curioso ocurrido al momento de su publicación: Bestiario no fue promocionado por sus editores (apenas le dedicaron unas letras pequeñas al pie de los anuncios), sino que fueron los lectores quienes lograron, mediante aquel efecto “bola de nieve”, su distribución y conocimiento público, dándole al libro el empuje necesario para alcanzar la fama.

En los cuentos incluidos en este libro, el autor narra situaciones y objetos completamente cotidiano, a los que les da esa vuelta característica de su estilo, no pudiendo estos cuentos ser considerados ni del tipo realista ni del tipo fantástico, ya que en ellos se funde la realidad objetiva con la subjetiva, y la verdad con la simple percepción humana, fusionándose de este modo el mundo externo con el interno, en el cual las leyes de la “realidad” no son tales, ya que la misma realidad no lo es. Lo que puede afirmarse de estos cuentos que, si bien no son un pasaporte al cielo, nos permiten atisbar sus puertas entre el mundo externo y el interno, entre la mirada y la visión, entre el humo y la gente.


Esto lo escribí para un TP de filosofía a principio de año. (ah, no, todavía sigue siendo principio de año, digan lo que digan). Por motivos determinados se lo mandé a Ger, y como no tenía nada para decir se me ocurrió poner la reseña acá. De paso, un eventual lector podría verse tentado a leer esa maravillosa pieza literaria (opa).
En fin, es todo. Adiós n_n

6.06.2005

quereres (letter to myself)


Muchachita, tendrías que (deberías, sí, deberías) intentar querer acá y ahora, querer sin pretender ser querida, sin esperar ver tu amor devuelto a vos como tu reflejo en un espejo - ni siquiera como en un vidrio polarizado o en una ventana empañada; querer por el sólo hecho de querer, querer sin pensarlo y sin esperar respuesta, querer hoy, ahora. Tenés que intentar querer así ahora porque sabés muy bien que después va a ser tarde del mismo modo que sabés que estás queriendo, todo eso que sabés tan bien como las fórmulas de física o la letra de Wish you were here, con esa certeza de cosa aprendida y aprehendida, de cosa tan lógica y tan cierta que no es verdadera ni auténtica, no puede ser verdadera ni auténtica, nada que pueda ser tan explicado por la razón va a ser cierto hasta que no deje de necesitar explicaciones y surja irrefrenablemente del medio del pecho como un pájaro o una tormenta, para acabar con vos y con el amor mismo, para acabar con ambos y empezar de nuevo, haciendo uno de vos y tu sentir, porque así el sentimiento no tendría razones ni necesitaría de ellas, así el cariño va a estar en vos y va a ser vos, tan vos como vos misma, independientemente de otros sentires, otros amores, otros deseos, otras personas. Sí, independientemente dije, por más inmanente que sea tu sentir a todas ellas.
Ah pero yo sé que entendés, que de verdad entendés que eso de lo que hablo (de lo que hablás, claro) no existe: un amor que se baste a sí mismo es decididamente la antítesis del amor o tal vez su utopía (o, porqué no, ambas al mismo tiempo); pero las dos cosas son igualmente inconcebibles si lo que sentís es un cariño sincero y real que, aunque le busques explicaciones e intentes encontrar a alguien saludándote del otro lado de la ventana empañada, sigue siendo después de todo un pájaro o una tormenta o una flor en el pecho, tal vez - pero sólo tal vez - al dar qué pensar y al producir esas punzadas de dulce dolor (ay, ay, celos) se está justificando a sí mismo, está sitúandose ahí, en ese cómodo espacio entre la lógica lejana y la autonomía utópica.
Y está bien, tu cariño necesita del de otro, te hace pensar, te hace sufrir a veces (tonta, tonta), te hace ser muy feliz y tener mucho miedo.
Es una cosa loca y linda, dejá de asustarte, dejá de pensar, limitate a disfrutar lo bonito que es. En serio te digo.



[y que nunca me digan esquizofrénica.](o como se escriba).