11.24.2005

un poco

"...entonces de su piel iba saliedno Pola, yo la veía como un ectoplasma y me aguantaba las ganas de llorar pensando que en casa de Pola yo no estaría así, nunca pola me sospecharía en el pelo o en los ojos o en le vello de Horacio. No sé por qué, al fin y al cabo nos hemos querido bien. No sé por qué. Porque no sé pensar y el me desprecia, por esas cosas."

uno, dos, tres, cuatro.
luego, más.

3 comments:

tij said...
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Pablo José said...
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tij said...

Aquél que desprecia lo más preciado sabe muy bien que su destino reside en la mera desgracia. Aquél que hiere lo inmaculado tiene en claro que su único castigo es el eterno remordimiento. Un poco de desprecio y una herida abierta son claros indicios, ¿de qué?