Pero cuando se cumplen, cuadno se hacen corpóreos y se vuelven reales, pasan a ser tan frágiles... nadie puede arrebatarnos un sueño, pero cuando se vuelven ciertos aparecen los fantasmas (y después se supone que yo no tengo que creer en ellos, que tengo que fingir no verlos), aparecen los fantasmas y se lo llevan lejos, alto, lo hacen pedacitos y nos dejan con los recuerdos y ese vacío en el cual ya no se puede soñar.
Porque sí, después de que llegan los fantasmas dejan toda la tierra seca y los árboles muertos y los cielos grises y todo tan triste y tan árido y tan frío, y una maga ahí parada sola sin abrigo y sin abrazos, de seguro que no puede volver a soñar.
Tiene que caminar hasta que sale, y salir cuesta tanto, duele tanto.
Y todo deja el sabor amarguísimo de un deja vu insoportable que no se va a terminar nunca, y la vaga esperanza de que tal vez sea una espiral violeta y algún día se llegue al final y que tal vez ese día no esté tan lejos, o que alguien se aburra de jugar y vuelque el tablero y entonces el peón pueda ser reina sin tener que caminar más, y es esa estúpida esperanza de que algún sol no tan lejano va a traer un giro repentino de las cosas y, de una vez por todas, va a haber primaveras.
y acá
Perdón por escribir tan pésimamente hoy, pero sólo quería expresar esta idea.. otro día será bonito y estético, el mundo. Hoy, no.
2 comments:
mm.. estaba desarrollando un concepto nuevo que viene dando vueltas la cabeza: idealización... pero me di cuenta que todavia no lo "investige" lo suficiente para ponerlo aca... tiene mucho que ver con esto que te pasa a vos... asi q pensalo.. y lo discutimos.. tal vez.
algo q me dijo el nes hace poco y todavia sigue dando vueltas:
"la idealización lleva, en la mayoría de los casos a la masturbación (sexual o no)"
¿Y xq no ver todo de otro modo? De un modo absolutamente opuesto y más... beneficioso, digamos. Si bien es cierto que los sueños suelen ser extrañados y anhelados, hay que tener en cuenta que además de los alegres y bonitos existen los feos y desagradables.
Son estos últimos, cualquiera de ellos, los que angustian y estresan indiscriminadamente; hasta el momento en el que un ruido o un resplandor nos salvan de estas pesadillas, trayéndonos nuevamente a la realidad.
¿Acaso no hace bien dejar de soñar?
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